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La Resistencia
En Abril de 2017 comenzaron en distintas ciudades de Venezuela una serie de protestas en contra de las políticas y decisiones del Tribunal Supremo de Justicia donde se atribuyen las funciones de la Asamblea Nacional (en su mayoria de oposición) y extiende los poderes del presidente Nicolas Maduro.
Hasta este momento el la inflación supera el 500% en lo que va de periodo, el índice de muertes violentas supera las ochenta mil victimas en los últimos tres años y la escasez de alimentos y productos de primera necesidad se torna imposible de soportar.
El 1 de abril es convocada una manifestación en rechazo a las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia y exigir respeto a la constitución venezolana, evento que fue reprimido con perdigones y bombas lacrimógenas por la Guardia y la Policía Nacional cuando se intento marchar hacia la Defensoría del Pueblo.
El líder opositor Capriles Radonzki, declaro que las protestas se mantendrían hasta que se estableciera el orden constitucional, se le devuelvan las competencias que le corresponden al Parlamento, se abra un canal humanitario para recibir medicinas y comida, y se logre la liberación de los denominados presos políticos.
Desde entonces todas las marchas y manifestaciones convocadas fueron reprimidas por los cuerpos de seguridad del gobierno con la participación violenta de los denominados colectivos de paz que hicieron uso de armas de fuego para amedrentar a los manifestantes opositores. Los cuerpos de seguridad hacían uso también de balines de acero y otros objetos contundentes que no formaban parte del armamento de los grupos antimotines acorde a las leyes nacionales y acuerdos internacionales.
Ante estas fuertes arremetidas por parte del gobierno, se comienzan a crear grupos opositores armados con escudos de madera, plástico o latón, además de piedras, fuegos artificiales y explosivos caseros para hacer frente a los cuerpos de seguridad.
Estos grupos autodenominados “La Resistencia” estaban conformados por ciudadanos de todas las edades y grupos sociales, desde estudiantes hasta comerciantes que preferían salir a hacer frente a un régimen opresor que estar trabajando por un salario insuficiente para cubrir sus necesidades familiares, desde mujeres amas de casa hasta niños que decidieron lanzar una piedra con tal de no quedarse con hambre en casa. Grupos familiares salían a hacer frente a la guardia o a la policía para exigir su derecho a la protesta y el cumplimiento de las leyes establecidas en la constitución venezolana.
En ocasiones la falta de liderazgo de los políticos de oposición obligó a “La Resistencia” a tomar sus propias decisiones, trancando calles y llamando a manifestaciones fuera de la agenda política, con la finalidad de no detener la presión que se tenía contra el gobierno. Esto dio paso a una ruptura dentro de los manifestantes, los que creían fielmente en los políticos y los que creían en el poder de tomar las calles y la desobediencia civil, de la cual el gobierno tomó partido para tildar de terroristas a todo aquel que manifestara e hiciera frente a la represión del régimen.
Durante más de cuatro meses se mantuvieron activas las manifestaciones en Venezuela, dejando a su paso más de 160 muertos, centenares de heridos y más de cuatro mil detenidos, bajas que parecían no ser en vano hasta que, en agosto de 2017 los líderes de la oposición accedieron a las condiciones del Gobierno de participar en Elecciones Regionales, violando así la confianza y el apoyo que la mayoría de los ciudadanos habían depositado en ellos.
El 15 de Octubre de 2017 se realizan las elecciones Regionales y el Gobierno Gana la mayoría de los votos contra toda predicción.
Personajes como Neomar Lander, Armando Cañizales, Juan Pernalete, David Vallenilla, son recordados como mártires, héroes, libertadores, que salieron a las calles y dieron su vida por la esperanza de un país mejor.